Servicio de Ayuno y Oración
En nuestros servicios de ayuno y oración (cada primer sábado del mes, de 9:30 a.m. a 11:00 a.m.), nos reunimos como iglesia para buscar el rostro de Dios de manera corporativa. Animamos a nuestra congregación a ayunar, si es posible; para que toda nuestra atención esté dirigida a Dios.
Tiempo de Oración Personal
Tiempo de Adoración
Después del tiempo de oración personal, adoramos juntos. ¿Porqué la adoración, no vinimos a orar? Hay personas que quizás no les guste cantar y tienden a pensar de esta manera. Primero, la adoración no se expresa solamente en el canto o música, pero sí debe ser claramente expresada, con acciones o con palabras, pero tiene que tener una expresión externa. Cuando Jesús enseñó a los discípulos a orar, les dijo lo siguiente: “ Ora de la siguiente manera: Padre nuestro que estás en el cielo, que sea siempre santo tu nombre. Que tu reino venga pronto. Que se cumpla tu voluntad en la tierra como se cumple en el cielo.” Cuando oramos, hablamos con Dios y aunque nos acercamos a Él como hijos, con confianza, tenemos que reconocer que El es Dios, “en los cielos”. Nos acercamos a Dios no como nos acercamos a cualquier otra persona, sino consientes que estamos hablando con Dios, Santo, Eterno, Glorioso, Sublime, la más alta majestad. Entonces nos acercamos a Él en adoración, en entrega y reconocimiento. Otra manera de entender la adoración como parte de nuestra oración es entender que la oración (comunicación, hablar con Dios) es la base de cualquier relación. Entonces si queremos desarrollar una relación con Dios, no podemos acercarnos a Él y enseguida comenzar a pedirle. Desarrolle su relación con Dios en la oración, comience adorándolo. Jesús nos enseñó a hacerlo así “que sea siempre santo tu nombre. Que tu reino venga pronto. Que se cumpla tu voluntad en la tierra como se cumple en el cielo”, esto es adoración. Para ayudarle a entender la adoración dentro de la oración, considere los salmos, en su mayoría oraciones personales de los salmistas, en especial el rey David, quien desde su niñez conoció el poder transformador de orar adorando, lo cual es muy evidente en los salmos. No es sorpresa entonces que David tenía una relación real y personal con Dios y que lo conocía en la intimidad, tanto así que Dios mismo dijo que David tenía u corazón como el de Dios (1 Sam. 13:14; Hechos 13:22) ¡El poder de la adoración en la oración es extraordinario, comience a orar adorándolo! Algo importante de esta adoración en la oración es que sea sin apuros. Estamos acostumbrados a hacer todo medido por el tiempo e ir directo al asunto. Bueno, el asunto es relación y eso toma tiempo en desarrollar. Dios no está apurado y merece todo nuestro tiempo. La mejor inversión de su tiempo es orar en intimidad con Dios, a solas, abriendo el corazón, sin apuros, contemplando la gloria y esplendor de su carácter, de sus obras, de su persona; es entrar en verdadera intimidad con Dios. Cuando experimentas verdadera intimidad con Dios en adoración y oración, quedas totalmente convencido que es la mejor inversión de tu tiempo. Es allí donde somos transformados y donde conquistamos nuestras batallas, allí ocurre todo ¡Ore y comience adorando!
Entonces, en nuestros servicios de oración cuando cantamos, una expresión de adoración, jamás estamos simplemente llenando espacios vacíos o perdiendo tiempo; estamos haciendo lo correcto y la mejor forma de comenzar a orar, adorando.
La Oración Organizada o Dirigida
Después de nuestro tiempo de adoración, oramos de manera organizada. Esto puede significar que el Espíritu Santo nos guíe a orar unos por otros o por cualquier cosa específica; este es el momento en el que nos unimos en oración. Puede esperar lo siguiente: En nuestros servicios de oración intencionalmente separamos un tiempo en que una persona ora por algo específico, en público o en voz alta y otros le siguen y apoyan. Esto, de nuevo, es una forma de discipular, como mencionamos anteriormente. Cuando una personal ora en alta voz, lo cual no es práctico ni recomendable durante todo el tiempo del servicio, los nuevos discípulos tienen la oportunidad de oír, aprender de lo que otros dicen en sus oraciones; esto solo es posible en este tipo de oración, la organizada o dirigida, cuando una persona ora por algo específico, en público o en voz alta y otros le siguen y apoyan.
En la oración organizada o dirigida nos aseguramos de orar específicamente por los asuntos comunes, no personales, asegurándonos de orar por todo lo necesario y no se nos quede nada; que oremos por todas y cada una de las necesidades de oración sin que falte una y sin que se repitan. Este tipo de oración es también una forma eficiente de comunicar a toda la iglesia las necesidades específicas de oración. Con frecuencia las personas no saben cómo orar, o porqué orar específicamente cuando se trata de peticiones comunes o corporativas y no personales. Algo sumamente importante es que estas peticiones o motivos de oración corporativa se conviertan parte de nuestra oración en privado, que aprendamos a orar por los demás un nuestras oración privada y no solo por peticiones personales. Por eso oramos por ellas en público y las compartimos aquí por escrito. Otra razón muy importante de la oración organizada o dirigida es animarnos. Cuando alguien ora en público y lo hace fervientemente y de corazón, esto sirve para animar a la congregación a hacerlo. Si este tipo de oración no se hiciera fuera mucho más difícil animar a los demás a hacer algo tan importante como orar. Este tipo de oración no es una oportunidad para exponer nuestra capacidad o habilidad de orar, por eso Jesús nos dijo: “¡Tengan cuidado! No hagan sus buenas acciones en público para que los demás los admiren, porque perderán la recompensa de su Padre, que está en el cielo. Cuando le des a alguien que pasa necesidad, no hagas lo que hacen los hipócritas que tocan la trompeta en las sinagogas y en las calles para llamar la atención a sus actos de caridad. Les digo la verdad, no recibirán otra recompensa más que esa.” Mateo 6:1-2.